Al sur de la Región de Murcia se encuentra Águilas, un municipio costero de más de 30 mil habitantes. Hasta allí nos trasladamos para conocer a María José, apasionada boticaria que ama su profesión. “El personal de la farmacia cada vez está más preparado y actualizado, nos formamos continuamente y tenemos un papel clave para acercar a la población el consejo sobre salud y prevención, y lo hemos demostrado durante la pandemia”.

Y es que, si bien es verdad que el farmacéutico siempre ha estado a pie de calle, ahora se ha hecho aún más patente. “Ha sido bastante duro trabajar durante la pandemia, especialmente los primeros meses cuando había mucha desinformación”, asegura con cierta consternación, y añade: “El sentimiento de desprotección por parte de las autoridades hacia nuestro sector nos ha hecho sentir muy vulnerables, pero creo que hemos sabido enfrentarnos a ello con valentía y mucho sacrificio”.

Un apoyo que sí ha sabido reconocer la población: “Vieron cómo las farmacias permanecían abiertas y dispuestas a aconsejar, apoyarles e informarles en un momento en el que no se podía acceder a los centros de salud y únicamente era posible contactar con el médico telefónicamente”. Una muestra de lo que el boticario es y ha sido desde siempre.

El modelo de farmacia “sigue siendo cambiante, aunque sus bases continúan siendo las mismas”