Excelentísimo presidente de la Asamblea Regional
Excelentísimo consejero de Salud
Excelentísimas e ilustrísimas autoridades
Miembros de la Junta de Gobierno y Junta de Vocalías
Representantes de la sociedad civil y colegios profesionales
Homenajeados
Compañeros de profesión,
Gracias por acompañarnos en este acto en el que celebramos a nuestra Patrona la Inmaculada Concepción. La pandemia nos obligó a aplazarlo el pasado mes de diciembre, pero tal y como nos comprometimos, aquí estamos para su celebración en cuanto las circunstancias lo han permitido.
Os anuncio también que, si nada lo impide, tendremos como corresponde la Patrona en el mes diciembre.
Será 2022 un año para recordar en los anales colegiales, porque cumplimos 125 años y además porque nuestra Patrona nos reunirá en dos ocasiones.
Y desde luego después de todo lo que hemos vivido durante estos dos años creo que nos las merecemos.
Tras tantos meses de miedo, distancias, dificultades, incertidumbre y mucho, mucho, trabajo hace falta que nos volvamos a ver en un ambiente distendido para disfrutar un rato juntos.
Esta es una celebración en la que se vuelca el Colegio por todo lo que tiene de hermandad, encuentro, festividad. Y también porque sus protagonistas son, exclusivamente, los colegiados: los recién incorporados, los jubilados, los que cumplen fechas señaladas de colegiación y los más artistas y creativos que participan en los certámenes y cuyos premios se han entregado, vaya desde aquí mi enhorabuena a los ganadores.
A todos ellos se une también el recuerdo cariñoso y emotivo hacia los que ya no están con nosotros, aunque permanecerán siempre en nuestra memoria y nuestros corazones.
Gracias Isabel por tus entrañables palabras llenas de sabiduría y experiencia. Has sido y seguirás siendo un referente para todos nosotros.
Ya sabéis que este año conmemoramos 125 años de la creación del Colegio. Un largo trayecto marcado por generaciones de farmacéuticos cuya dedicación, esfuerzo y compromiso han contribuido a forjar lo que es hoy nuestra institución colegial, y sobre todo lo que es y significa ser farmacéutico.
Desde el mostrador en las oficinas farmacias, ejerciendo en hospitales, en las universidades, en la industria, investigando o garantizando a través de la distribución el acceso al medicamento, cada uno desde su parcela ha ido construyendo ese legado sobre el que se ha cimentado la profesión farmacéutica, apoyada siempre por el Colegio como garante de sus competencias y poniendo freno a cualquier injerencia.
Tenemos que sentirnos orgullosos de representar a una profesión con una clara vocación de servicio, en la que todo gira en torno a la salud del paciente, donde la cercanía y la accesibilidad han tejido una relación con los ciudadanos en la que prima un gran valor: la confianza.
Hoy es un buen momento para mostrarnos honrados por la confianza que la población tiene en sus farmacéuticos y farmacéuticas lo que ha situado a la farmacia en el gran referente dentro del sistema de salud.
En una sociedad como la actual donde reina el escepticismo y el descrédito, los farmacéuticos son valorados y reconocidos por la seguridad, la certeza, la certidumbre y el rigor que trascienden de su profesionalidad. Cuando alguien entra a una farmacia y recibe el consejo y la atención de un boticario sabe que está en buenas manos.