En esas circunstancias tan anómalas como difíciles, los farmacéuticos hemos dado un ejemplo de compromiso social y asistencial con los ciudadanos. Desde aquí quiero rendir homenaje y reconocer el valor y la vocación de servicio de los 24 compañeros cuya vida se ha llevado por delante el coronavirus.  Como tantos otros, se mantuvieron firmes en el ejercicio de su responsabilidad, ofreciendo respuesta a miles y miles de ciudadanos ya que éramos su único referente como agentes sanitarios con los centros de salud cerrados y las urgencias de los hospitales saturadas.

A lo largo de 2020, las medidas restrictivas y las limitaciones de movilidad se han ido estirando y encogiendo como un ciempiés en función de la evolución de los contagios, no sin llevar adherido cierto caos. Sin embargo, ajenos a esa confusión, los farmacéuticos, conscientes de que prestamos un servicio esencial, nos hemos mantenido siempre y en todo momento, al pie de mostrador en situaciones de gran vulnerabilidad. En todos los ámbitos: Salud Pública,  Hospital,  Distribución, de Análisis Clínicos, de Industria, de Óptica, de Ortopedia…Todos son representativos de la fortaleza y del gran potencial que tenemos dentro del sistema de salud.

El Colegio también ha dado un gran ejemplo de su capacidad de adaptación y adecuación a unas circunstancias muy complicadas funcionando con normalidad dentro del marco de excepcionalidad que hemos vivido. Ha sido gracias a la dedicación y compromiso de todo el personal, volcado en dar cobertura a las necesidades de los colegiados para que la situación no afectara a la actividad esencial de las farmacias. A todos ellos, transmito mi sincero agradecimiento.

Aunque de una forma distinta, el Día de la Patrona pudimos reunirnos de forma telemática y precisamente, la rápida adaptación al teletrabajo y todas sus derivadas, permitió que las Asambleas Generales pudieran celebrarse. Reunirse con una pantalla por en medio forma parte de lo cotidiano como las videollamadas a los familiares y amigos. La tecnología ha mostrado su utilidad y versatilidad, y ha sido un instrumento muy eficaz para mantener activa la vida laboral.

La luz verde de la cruz de las farmacias ha destellado con más intensidad que nunca. Y ahí queda la participación en programas como La Escalera de Favores para detectar y ayudar a personas en situación de vulnerabilidad y la iniciativa Mascarilla19 para ayudar a detectar a las víctimas de violencia de género durante el confinamiento.

Es también momento de reconocer el trabajo desempeñado por la Junta de Gobierno y todas las Vocalías de Sección, su actividad ha sido el lubricante para mantener a pleno funcionamiento el engranaje del Colegio y la conexión con los farmacéuticos.

El último tramo de 2020 nos trajo la esperanza de las vacunas. La vuelta a la normalidad reside, precisamente, en alcanzar una alta tasa de inmunización.  Confiamos en que ese objetivo se alcance pronto, la sociedad necesita un impulso económico, pero sin proteger la salud no será posible relanzar la economía.

Con esa mirada de esperanza quiero despedirme, cada día estamos más cerca de ver un futuro más nítido y despejado.  Precisamente cuando escribo estas líneas, ya se debate sobre prescindir de las mascarillas en determinados lugares. Mientras tanto, los farmacéuticos seguiremos haciendo lo que siempre hemos hecho, atender a los ciudadanos con responsabilidad, compromiso y pensando siempre en proteger la salud.

Con ese deseo compartido por la nueva Junta de Gobierno y Vocalías, tras las elecciones del 9 de marzo, con el horizonte de trabajar por un Colegio fuerte y unido, representativo de todos, me despido poniéndome a disposición de todos los colegiados.

Paula Payá Peñalver
Presidenta